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viernes, 30 de marzo de 2012

He escuchado muchas veces que las cosas buenas llegan de golpe. Y creo que es una de las mayores verdades del mundo. Porque a mí me llegó sin avisar una de las mejores cosas que tengo. Bueno no, una de las mejores personas. Una de esas que cuando crees que no te queda nadie ahí te paras a pensar, y te das cuenta de que ella si que te queda, de que ella va a estar siempre.
Porque yo a esta niña la debo todo, porque me ha perdonado cuando no me lo merecía, porque sé que no siempre me he portado bien con ella, pero ella ha sabido perdonarme, y por eso, y por otros miles de millones de cosa, se merece el mundo, el cielo y el universo, como poco.
Que bueno hermana, que decirte que no sepas ya, que siempre voy a estar a tu lado, contigo, cuando necesites algo, y cuando no también, porque eso es lo que hacen las amigas, y las hermanas. Que te amo de aquí al cielo, bueno no, de aquí, a millones de metros sobre el cielo mi vida.
Que ya es más de un año contigo, o eso creo pequeña, y me alegro millones de haber pasado a tú lado cada día de esos que hemos estado juntas.
Esas tardes de verano, o viendo pelis, o haciéndonos fotos...
Porque sé que no son muchos meses, pero sí muchos momentos, que es lo que en realidad cuenta ¿vale?
Con ella de aquí al infinito, ida y vuelta, 31 veces.
Cristina Villaverde, una de las personas más importantes de mi vida, una a la que quiero siempre a mi lado.
Ella; como mi hermana mayor.

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